jueves, 23 de diciembre de 2010

sábado, 9 de octubre de 2010

De fondo

Me gusta que el fondo sea negro, porque en el fondo, parece espejo

Liniiiiiiii!!!


Esto me recuerda algo que publiqué hace unas entradas atrás :-O

lunes, 4 de octubre de 2010

Detalles

No me había dado cuenta de que el significado de estas dos palabras tiene cierto parecido



Muro y Pared



Caí en la cuenta de lo mucho que se parecen estando recostada en mi cama viendo la ventana (¿o al infinito?) y acordándome de que hace un tiempo me admiraba de ver una pared bellísima, robusta, amplia, tan amplia que aún separada de ella una buena distancia, debía girar la cabeza de lado a lado para ver sus extremos.


Es una pared decorada con formas colocadas en perfecta armonía, geometría deliciosa acomodada al ritmo de una pieza musical, y colores escogidos con cuidado quizá por una mano exquisita. Una pared toda ella muy digna de verse.


Podría haber estado así años, enajenada mirando los detalles de las líneas y colores, las vueltas, los ángulos, el punto preciso, la gota accidental, el trazo veloz y furioso, los oscuros y los claros, los sepia y los pardos, los cálidos y los fríos. Además, por si fuera poco, sobre ella no solo había líneas: había texturas, tenía cuadros y varios textos. Sí, podría parecer demasiado sobrecargado, muy barroco para una sola pared aunque su área fuera inconmensurable, podría parecer demasiado para una imaginación estándar, ordinaria como la mía, sin embargo, de alguna forma los cuadros quedaban bien: encajaban cuidadosamente en la composición, y las texturas que sobre ella yacían le daban una sensación al tacto que podría parecerse a cierta excitación sexual: un cosquilleo en los dedos hacía innegable cierta satisfacción, cierta inquietud por seguir explorando. A veces pasaba la palma de la mano extendida sobre su superficie solo para tratar de captar más área y sentir con mayor ambición todo aquello asequible al tacto, como cuando te metes a la boca una enorme cucharada de yogur porque quieres que el sabor te invada toda la boca. Así eran sus texturas, difícil describir el detalle microscópico de cada pliegue, gránulo o surco, solo recuerdo que el conjunto provocaba ganas de arroparse con su superficie, doblarla como si se tratase de una cobija y hacerse un taquito bien ajustado dentro de ella.


Por otro lado, los cuadros aquellos yo los veía como accesorios: no eran parte de la pared propiamente, pero, de alguna forma obligada, eran importantes para el conjunto; quizá porque no eran la pared propiamente, sino que eran de la pared, pertenecían a ella, como cuando uno hace suyas ciertas cosas materiales. Los cuadros eran peculiares, no eran necesariamente rectangulares ni eran definitivos. A veces se encimaban uno sobre otro suplantando los pasados como si se tratase de nuevos gobernantes edificando sobre ruinas de los anteriores; pero ninguno quedaba oculto por el nuevo, todos se dejaban ver, y todos formaban parte del presente. Unos cuadros tenían forma rectangular, los más pequeños, pero otros, los más, tenían formas caprichosas, extravagantes, una cantidad numerosa de marcos estaban formados por trozos de otros marcos provenientes de otros lados, había marcos hechos de marcos que estaban hechos de marcos que estaban hechos de marcos... Ajá... Como un collage-fractal. Cada marco albergaba un cuadro realizado con detalle y conciencia quizá por aquella misma mano exquisita. Siempre creí que los cuadros habían sido elegidos por la pared de forma correcta para hacerlos motivo de su decoración.


Había textos, ya lo dije, estos, como toda la pared, eran textos diversos, se les encontraba de vez en cuando, un día perdido entre muchos se dejaban ver, aparecían incrustados sobre ella en diversas formas, a veces como dibujados por un meticuloso calígrafo, con letras claras, fáciles de leer; otras como si se hubieran escrito al pasar, otras no tan pretenciosas en las que encontraba, a mi entender, parte de su historia. Nunca supe si era ella la creadora de esos textos o si otra mano los había colocado ahí. A veces sentía que era su forma de expresarse, pero era difícil saberlo.


En conjunto, todo estaba colocado con sumo cuidado sobre ella para lucir como debía: Atrayente, embriagante, hipnotizante. Lo que sigue es un tanto difícil de explicar: ella era cálida. Lo raro, claro, era que no le daba el Sol, pero seguro tendría que ver con el material del que estaba construida, si te arrimabas mucho a ella, no pasabas frío.


Hablando de los colores, estaban tan bien elegidos y colocados que a veces me daba la impresión de que tenían luz propia, incluso a veces me imaginaba ver incrustadas en ella secciones translúcidas, como cuando miras a través de un espejo empañado, o un vidrio esmerilado... pero más bello.


Sí, era una pared muy linda. Y la vi con mis ojos, no miento. Puedo jurarlo con la mano sobre mi corazón. Fueron visiones casi sobrenaturales, difícil de describirlas con palabras mundanas. La encontré por casualidad mientras caminaba por ahí, entre calles ordinarias, con bardas, ventanas, niños corriendo tras una pelota, edificios de varios pisos, señoras que vienen del mercado cargando sus bolsas, con sus mejillas rojas por el calor o el frío de cualquier día del año. La descubrí un día como cualquier otro, o quizá no como cualquier otro, esta vez creo que estaba prestando más atención al camino o ¿quizá caminaba por otras calles? Creo que sí, creo que di vuelta en aquel callejón que está en la esquina donde siempre duerme el Güero, el perro que es el dueño y señor de las calles de acá.


Y, sí, es claro, la vi y me volví adicta a ella, iba seguido a verla, era interesante observar los detalles de su metamorfosis y preguntarse cómo ocurría todo aquéllo. Fue pasado un tiempo después cuando me animé a tocarla; no fue fácil, porque uno no se anda encontrando ese tipo de cosas por ahí todos los días. Luego, abrí la boca y todas esas ondas viajando a 300 y feria metros por segundo se estamparon sin piedad sobre aquella superficie de relieves y figurillas y... ¡Oh! ¡Sorpresa! ¡Me fue regalado el milagro de presenciar una de sus muchas metamorfosis!. De pronto imaginé que ese frente de onda había sido muy fuerte y que ese pedazo de superficie había sido muy maleable permitiendo así que la física hiciera lo suyo y modificara la textura; pero no, porque luego susurré cosas y pasó lo mismo, incluso esta vez con más filigrana. Me daba tanta curiosidad todo esto y, como es natural, seguí y seguí yendo a verla, me quedaba sentada horas frente a ella viendo qué había de nuevo esta vez y aquélla y otra más. Le hablaba, le susurraba, le cantaba. ¡Me gustaba tanto mirarla! Aunque eran varias, no me importaban las cuadras que debía caminar para hallarla.


Iba ahí todos los días sin falta... hasta que ocurrió lo que debía ocurrir: un día me di cuenta de que solo era una pared. Era hermosa, cierto, pero era un sólido inerte. Sí, pasó eso que estaba dibujado en la línea del tiempo: Dejé de ir. Esa pared es lo más, en serio, es muy recomendable pasar a verla, yo la visitaría miles de veces más porque me parece fascinante, pero quizá en otro momento yo esperaba algo ¿qué? ¿un milagro que le regalara voz y la hiciera persona? Quizá... Y quizá en otro universo sí, pero en este está difícil, ella es una pared y yo, hasta donde mis células me lo indican y mis pocos conocimientos de biología me dictan, soy un homínido, "un amasijo hecho de cuerdas y tendones", diría el cantor, y un poco más: como buen ser intrínsecamente social, me nutro del intercambio de ideas y sentimientos, miradas, sonrisas, chistes comunes, amor recíproco. Así que aquel día cuyo recuerdo todavía me sopla ligero sobre mi piel y eriza mis emociones, seguí con la yema de uno de mis dedos una de las líneas de la pared, una que comenzaba justo en su centro, justo donde un gorrión una vez picoteó para comer piedritas, y recorrí todos sus colores y texturas como hace un auto en el rally Dakar entre Chile y Argentina. Me topé con un cuadro y me detuve un rato a la orilla de su marco, subí con mi dedo y brinqué al lienzo, recorrí la pintura que el marco delimitaba, sin querer me ensucié con un poco de tinta fresca, recién colocada, quizá antes de que yo llegara ese día. ¡Una nueva imagen nacía y a mí casi me tocó ver su nacimiento! En fin, mala suerte, de aquella tinta fresca que dilucidaba una naciente figura solo me queda un manchón tenue en mi dedo. Después de esa pausa, seguí delineando con mi dedo... bueno, no, en este punto ya eran cuatro de mis dedos siguiendo el camino de la línea que se prolongaba como si estuviera formada por kilómetros de tinta, absorta en algo que no recuerdo, mirando sin mirar, solo avanzando... ¡caminé tanto! Y, nada, sí, como era de esperarse, de tanto caminar absorta, no me di cuenta del punto en el que se desvaneció la línea y acabé en las calles conocidas del barrio conocido de esta ciudad no tan conocida. Sí, también hay otras cosas lindas por acá, claro, pero por ahora eso no me maravilla. La pared me dejó increíbles bellezas para contar, pero yo seguiré con mi condición de homínido, mirando, compartiendo, platicando, abrazando, sonriendo, y a veces, por qué no, llorando un poco.



¡Ah! !Pero me desvié¡ Todo esto venía a cuento de que se me figuró que un muro y una pared son un tanto parecidos. Quizá un muro es un poco más abstracto, más formal, más seco y serio que una pared, pero tienen algo similar, o al menos eso me pareció en una primera aproximación. ¡Ah!, y, sí, claro, también, en una vida pasada me topé con un muro que me llamó la atención, pero de eso casi ni me acuerdo... ya hace tanto tiempo y tantas cosas.



¡Qué sorpresa darse cuenta hoy de los sinónimos! Y todo por mirar a través de una ventana.

domingo, 15 de agosto de 2010

Necesito aire

sábado, 13 de marzo de 2010

Epitafio

Luego de una pequeña reflexión, finalmente concluyó que después de todo este tiempo, el único gusto que le quedaba por él era su mitsubishi eclipse anaranjado.

lunes, 1 de febrero de 2010

Mensaje al celular

¡Felicidades amiga! ¡Que la pases súper! Mmmm... ah... ¿También cambiaron tu cumple o nada más el día festivo?

Jorge Delgadillo

¡¡¡La risa, uno de mis mejores regalos adelantados de cumpleaños!!! XD

¡Graicas Jorge! ;)

domingo, 31 de enero de 2010

Aforismo

Amarse a sí mismo al menos tiene una ventaja: no hay muchos rivales.

Georg Christoph Lichtemberg

Poemita

La nieve puso un mantel callado sobre todo.
No se siente sino lo que pasa dentro de casa.
Me envuelvo en un cobertor y no pienso siquiera en pensar.
Siento un gozo de animal y vagamente pienso,
Y me adormezco sin menos utilidad que todas las acciones del mundo.

F. Pessoa

sábado, 23 de enero de 2010

gaby

lo siento mucho

viernes, 15 de enero de 2010

¡Buenísimo!

Da un click aquí

Es una columna de hace un par de meses, pero nunca está de más...

09-Nov-2009

Tiempo de Negocios

Darío Celis

La red de fibra óptica de la CFE (y el plus de LyFC) vuelve a su dueño: Gil Díaz


Hay un común denominador entre la pretensión de extinguir Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y acelerar los tiempos para la licitación de un par de hilos de la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El factor se llama privatización. El problema no es abrir el patrimonio estatal al capital privado, sino que el gobierno de Felipe Calderón no lo reconozca y, peor aún, que monte un teatro para ocultar lo que ya tiene previamente pactado.

A estas alturas es muy sabido que el Presidente se siente en deuda con Francisco Gil Díaz. La cabeza de Telefónica-Movistar se convirtió en una suerte de asesor del michoacano, quien incluso le ofreció dirigir Pemex.

No logró convencerlo, pero aquél sí convenció a éste para dejar en esa posición a Juan José Suárez Coppel, quien fue su coordinador de asesores en la Secretaría de Hacienda, y de ahí lo envió a la dirección de finanzas de Pemex. Además de controlar la paraestatal vía Suárez Coppel en todo el sexenio de Vicente Fox, Gil Díaz también tuvo pleno dominio de la CFE. Tan fue así que empezó a construir la red de fibra óptica oscura que hoy se pretende licitar.

En agosto le contamos que una de las razones por las cuales César Alierta contrató a Gil Díaz para presidir Telefónica en México, fue para garantizarle a su empresa el control de la red de la CFE, la única capaz de competir con Telmex.

Se tiene documentado que, desde 2003, siendo titular de la SHCP, el ahora capitán de Movistar empezó a desviar recursos de la CFE para desarrollar los hilos de fibra óptica. Lo hizo hasta 2005, cuando se percató el Congreso.

Los diputados cayeron en cuentas de que algunas partidas que autorizaron a la empresa que dirige Alfredo Elías Ayub no se relacionaban con su presupuesto. Los recursos se aplicaban para tener lista una infraestructura a privatizar.

Y es que desde entonces la también empresa española WL Comunicaciones se acercó a la CFE para tomar ventaja en el desarrollo de esa red para después operarla como carrier de carriers. WL inició gestiones con Ernesto Martens, quien fue secretario de Energía de 2000 a 2003. Los acuerdos estuvieron vigentes hasta 2006, lo cual quiere decir que los conocieron el mismo Calderón y Fernando Canales.

Calderón fue titular de Energía de 2003 a 2004 y Canales de 2005 a 2006. Curiosamente todos estos personajes (Gil Díaz, Calderón, Martens y Canales) tienen en común intereses alrededor de la red de fibra óptica.

Fueron dos razones por las cuales los españoles de WL se retiraron de México: porque el Congreso empezó a investigar los desvíos de Gil Díaz en la CFE y porque Energía no les pudo asegurar la interconexión con la red de LyFC.

En 2006 WL vendió sus intereses en el país a Martens y a Canales, cuando éste todavía era secretario. Más aún, también siendo miembro del gabinete, Canales intervino para que LyFC le diera una concesión a WL.

Es la misma cuya existencia denunció hace unas semanas el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza. O sea que Canales y Martens quisieron terminar lo que los españoles no lograron: entrelazar ambas redes.

Ahora tenemos que Gil Díaz y Telefónica llevan mano en la licitación de la red de la CFE, y el gobierno federal use toda la fuerza del Estado para desaparecer al sindicato que se opuso a la privatización de su red.

No va ser fácil forzar a Banorte a subirse al concurso mercantil de Comercial Mexicana. Habría suficientes elementos para obstaculizarlo. Se hace referencia a la validez de algunos derivados. Y es que salvo Barclays, de José Antonio González, se tiene evidencia de que los demás abusaron de los contratos y fórmulas para calcular montos y cierres. Hablamos de Goldman Sachs de Martín Werner, JP Morgan de Eduardo Cepeda, Merrill Lynch de Orlando Loera y Citi de Manuel Medina.

Mañana Mexicana, de Gastón Azcárraga, arranca en Oneworld, el consorcio de aerolíneas que mueve al año más de 330 millones de personas a través de 700 destinos en 150 países. Hoy por la tarde arriba John MacCulloch, presidente de este megacarrier. Lo acompañan Gerard Arpey, presidente de American Airlines, y Antonio Vázquez, mandamás de Iberia. Harán el anuncio oficial. Mexicana, que dirige Manuel Borja, será el miembro número 11.

Al final, cerca de 140 millones de dólares perdió Citi, que preside Vikram Pandit, en el desarrollo inmobiliario Loreto Bay. Nos referimos al complejo de 120 hectáreas en la zona de Nopoló, Baja California, y que recién adquirió en subasta Eustaquio de Nicolás, el de Homex, asociado con los hermanos Arturo y Roberto Alcántara. Pagó cerca de 29 millones de dólares. Citi lo embargó a David Butterfield, dueño de TSD, tras su imposibilidad de comercializarlo.

Hace unos días le referíamos el proyecto de Reforma 432, torre de departamentos de 40 pisos que promueve Jacobo Zuckenberg y en el que van como inversionistas Pablo e Israel Brener. La novedad es que también estarían Isaac Hamui, Eduardo Sacal y Abraham Bissu. Todos son accionistas del St. Regis, de 31 niveles y que se ubica justo frente a donde estará este nuevo rascacielos en el que se invertirán unos 120 millones de dólares.

Son 80 millones de dólares lo que Minatrico y Ebramex pidieron a Pemex para recuperar 150 millones que han invertido en los paquetes 4 y 5 de la reconfiguración de la refinería de Minatitlán, proyecto que registra un atraso de dos años. Nos referimos a las empresas brasileña Odebrecht de Emilio Odebrecht, la española Técnicas Reunidas de Manuel Sánchez y la mexicana Grupo R de Ramiro Garza. El consorcio tuvo que inyectar dinero propio a cuenta de Pemex.


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Un aplauso a estos ilustres empresarios, tan llenos de visión en el futuro, es impresionante cómo se van tejiendo las redes y alianzas para alcanzar un objetivo. Años de dedicación y cuidados. Mucha paciencia... ¿Que estorban 44000 empleados? ¿Y el resto de la nación? Bueno, no importa... Intereses son intereses, ¿no? Un costo debía tener todo eso...


jueves, 14 de enero de 2010

Peter Handke - Lied Vom Kindsein (Canción de la niñez)


Acá, leído por Bruno Ganz

(Traducción del alemán por Gabriela Fanzone)

Cuando el niño era niño,
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente,
y este charco el mar.

Cuando el niño era niño,
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño,
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ningún hábito,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
y echaba a correr de pronto,
tenía un remolino en el pelo
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.

Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y no soy vos?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol es tan solo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad es mala?
¿Cómo es posible que yo, el que yo soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que yo soy,
ya no seré más éste que soy?

Cuando el niño era niño,
no podía tragar las espinacas, los porotos,
el arroz con leche y el coliflor.
Ahora lo come todo y no por obligación.

Cuando el niño era niño,
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, con suerte, solo en ocasiones.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora se estremece ante a ella.

Cuando el niño era niño,
jugaba abstraído,
y ahora se concentra en cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.

Cuando el niño era niño,
como alimento le bastaba una manzana y pan
y hoy sigue siendo así.

Cuando el niño era niño,
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y aún sigue siendo así.
Las nueces frescas le eran ásperas en la lengua
y aún sigue siendo así.
En cada montaña ansiaba
la montaña más alta
y en cada ciudad ansiaba
una ciudad aún mayor
y aún sigue siendo así.
En la copa de un árbol cortaba las cerezas emocionado
como aún lo sigue estando.
Era tímido ante los extraños
y aún lo sigue siendo.
Esperaba la primera nieve
y aún la sigue esperando.

Cuando el niño era niño,
tiraba una vara como lanza contra un árbol,
y ésta aún sigue ahí, vibrando.


Y acá en almemán :-|


Als das Kind Kind war,
ging es mit hängenden Armen,
wollte der Bach sei ein Fluß,
der Fluß sei ein Strom,
und diese Pfütze das Meer.

Als das Kind Kind war,
wußte es nicht, daß es Kind war,
alles war ihm beseelt,
und alle Seelen waren eins.

Als das Kind Kind war,
hatte es von nichts eine Meinung,
hatte keine Gewohnheit,
saß oft im Schneidersitz,
lief aus dem Stand,
hatte einen Wirbel im Haar
und machte kein Gesicht beim fotografieren.

Als das Kind Kind war,
war es die Zeit der folgenden Fragen:
Warum bin ich ich und warum nicht du?
Warum bin ich hier und warum nicht dort?
Wann begann die Zeit und wo endet der Raum?
Ist das Leben unter der Sonne nicht bloß ein Traum?
Ist was ich sehe und höre und rieche
nicht bloß der Schein einer Welt vor der Welt?
Gibt es tatsächlich das Böse und Leute,
die wirklich die Bösen sind?
Wie kann es sein, daß ich, der ich bin,
bevor ich wurde, nicht war,
und daß einmal ich, der ich bin,
nicht mehr der ich bin, sein werde?

Als das Kind Kind war,
würgte es am Spinat, an den Erbsen, am Milchreis,
und am gedünsteten Blumenkohl.
und ißt jetzt das alles und nicht nur zur Not.

Als das Kind Kind war,
erwachte es einmal in einem fremden Bett
und jetzt immer wieder,
erschienen ihm viele Menschen schön
und jetzt nur noch im Glücksfall,
stellte es sich klar ein Paradies vor
und kann es jetzt höchstens ahnen,
konnte es sich Nichts nicht denken
und schaudert heute davor.

Als das Kind Kind war,
spielte es mit Begeisterung
und jetzt, so ganz bei der Sache wie damals, nur noch,
wenn diese Sache seine Arbeit ist.

Als das Kind Kind war,
genügten ihm als Nahrung Apfel, Brot,
und so ist es immer noch.

Als das Kind Kind war,
fielen ihm die Beeren wie nur Beeren in die Hand
und jetzt immer noch,
machten ihm die frischen Walnüsse eine rauhe Zunge
und jetzt immer noch,
hatte es auf jedem Berg
die Sehnsucht nach dem immer höheren Berg,
und in jeden Stadt
die Sehnsucht nach der noch größeren Stadt,
und das ist immer noch so,
griff im Wipfel eines Baums nach dem Kirschen in einemHochgefühl
wie auch heute noch,
eine Scheu vor jedem Fremden
und hat sie immer noch,
wartete es auf den ersten Schnee,
und wartet so immer noch.

Als das Kind Kind war,
warf es einen Stock als Lanze gegen den Baum,
und sie zittert da heute noch.
El mecanismo de construcción de una estructura. Trastocada por manos ajenas, una vida se retuerce en su presente, intentando identificar los nodos temporales y espaciales en que este vuelco o aquel nacieron para dirigirse al punto más elevado. Empieza en una hoja verde, la más alta de su copa, baja por las nervaduras siguiendo las palpitaciones de su savia, se divide, se tropieza, llora, se desgarra, se pierde entre la corteza y sus rugosidades, encuentra el ángulo y entiende. Sigue bajando, encuentra una coyuntura, ríe, entiende, llora, y sigue. Casi llega, siente las fibras más densas, más viejas, más amargas. Casi. Se empapa en la esperanza. Se embriaga en la dinámica. Llega a la tierra. Sin respuestas.
Otra hoja, faltó esa rama... y la otra... y la otra... Y se pregunta qué busca, para qué. Confunde el temblor de su miedo y lo justifica por el viento entre sus hojas. Se queda estática y recuerda que su existencia será demasiado larga; es vida de un árbol. Decide así estampar en su memoria su estructura actual, quedarse inmóvil, enamorarse de sus vuelcos y de los negativos de su imagen. Sabe que el ciclo de las preguntas volverá, pero para eso tiene tiempo, y ella solo se dejará llevar: ha entendido que es un juego para pasar el rato y, como todo juego, sin placer no funciona. Habrá que esperar la ansiedad por el incógnita y bajar de nuevo por sus venas cargando en su nuca una ilusión nueva.

martes, 12 de enero de 2010

Un fragmento de la novela 'Auto de fe'

Aunque no hay espíritu que medre con novelas, el placer que en ocasiones nos ofrecen se paga muy caro: acaban por erosionar el carácter más firme. Aprendemos a identificarnos con todo tipo de personas. Uno le coge el gusto a ese vaivén perpetuo y se confunde con los personajes que le agradan. Cualquier punto de vista nos resulta concebible. Nos lanzamos con fruición tras objetivos ajenos y perdemos de vista los nuestros. Las novelas son como cuñas que el escritor, aquel histrión de pluma, va clavando en la hermética personalidad de los lectores. Cuanto mejor calcule las medidas de la cuña y la resistencia por vencer, más dividida dejará a su víctima. El Estado debería prohibir las novelas.

Elias Canetti